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Estos son los efectos de alimentarse dos semanas a base de perritos calientes, hamburguesas y patatas fritas

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<p><img alt="Jay Wennington 280328 Unsplash" class="centro_sinmarco" src="https://i.blogs.es/6c7a08/jay-wennington-280328-unsplash/650_1200.jpg" /></p> <p>Seleccionaremos a 20 sudafricanos que vivan en zonas rurales y durante dos semanas <strong>les atiborraremos a hamburguesas, perritos calientes y patatas fritas</strong>. Habremos de ser cuidadosos porque necesitamos que consuman grasas y proteínas en abundancia, pero casi nada de fibra. El musical.</p> <p>Ese era <a href="https://www.nature.com/articles/ncomms7342#affil-auth">el plan</a> que <a href="https://www.researchgate.net/profile/Stephen_OKeefe2">Stephen O’Keefe</a>, un profesor de la Universidad de Pittsburgh, llevó a cabo hace unos años. Seleccionó a 20 personas que vivían en las zonas rurales de Sudáfrica, a 20 afroamericanos amantes de la comida rápida y les intercambió las dietas. <strong>Los resultados dan ganas de almorzar ensalada</strong>.</p> <!--more--> <h2>Somos lo que comemos</h2> <p><img alt="Dennis Klein 129809 Unsplash" class="centro_sinmarco" src="https://i.blogs.es/d727f2/dennis-klein-129809-unsplash/650_1200.jpg" /></p> <p>Dos semanas hicieron falta para que los biomarcadores del riesgo de cáncer de colon de los campesinos sudafricanos <strong>sufrieran cambios “notables”</strong>. A peor, vaya. Y a la inversa: tras dos semanas de una dieta rica en fibra y baja en grasa los biomarcadores se redujeron en la veintena de norteamericanos. </p> <p>No fue un estudio gratuito. Los afroamericanos (de EEUU) tienen <strong>una tasa de cáncer de colon 13 veces mayor que los sudafricanos rurales</strong>. Los trabajos preliminares sugerían que tenía que ver con la dieta baja en fibra y alta en proteínas y grasa animal propia de Estados Unidos. Pero no estaba claro de cómo de rápido podía afectar la dieta a este tipo de riesgo. </p> <p>No hace falta decir que el <a href="https://www.nature.com/articles/ncomms7342#affil-auth">estudio era diminuto</a> y la metodología era “de andar por casa”, pero los resultados son tan visuales que, <a href="https://www.sciencealert.com/what-happens-when-rural-africans-eat-an-american-diet-for-2-weeks">al leerlo</a>, no me he podido a resistir. En realidad, el estudio es interesante por lo que <strong>coincide con el resto de la bibliografía disponible</strong>. El consenso actual señala que <a href="http://www.betterhealth.vic.gov.au/bhcv2/bhcarticles.nsf/pages/bowel_cancer">hasta un tercio</a> de los casos de cáncer intestinal podrían deberse a las características de la dieta. Además, <a href="http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/oby.21031/abstract;jsessionid=9B9EE4F1B767F8A31F9A2B294DF8C302.f01t03">existen estudios más recientes</a> que señalan un efecto similar. </p> <p>Es un fenómeno digno de estudiar. El hecho de que la dieta tenga un impacto tan rápido en los biomarcadores nos da <strong>claves para entender mejor la enfermedad y la terapéutica</strong>. Sea como sea, estudios como estos nos deben llevar a reflexionar sobre el papel de la dieta en el conjunto de la salud: cada vez está más claro que somos lo que comemos.</p>

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