<p><img alt="Detox" class="centro_sinmarco" src="https://i.blogs.es/66b400/detox/650_1200.jpg" /></p>
<p>Siento decepcionar a todos: <strong>ni tengo 150 años, ni odio la tecnología</strong>. Es más, me apasiona la tecnología, la ciencia y la innovación. Y aún así (o, precisamente, por eso) me reafirmo en el titular: el detox digital, desconectar de vez en cuando de las nuevas tecnologías, es una buena idea.</p>
<p>No porque la tecnología nos esté alejando de quien somos, ni porque esté destruyendo la civilización occidental. Sino porque aprender a estar sin la tecnología** nos da herramientas para trabajar mejor con (y sin) ella**. Nos hace recuperar parte del control que (en algunos casos) hemos perdido.</p>
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<h2>El problema del control digital</h2>
<p><img alt="Caleb Woods 275754" class="centro_sinmarco" src="https://i.blogs.es/da2e9e/caleb-woods-275754/650_1200.jpg" /></p>
<p>No creo que a nade le sorprenda la historia: un instituto de secundaria (en este caso el Stroud en Gloucertershire, Inglaterra) <a href="https://www.theguardian.com/technology/2017/jul/17/education-is-the-solution-the-gloucester-high-school-enforcing-a-digital-detox">decide que se acabaron</a> los smartphones, las tabletas y los relojes inteligente en clase. Y, claro, boom. <strong>Alumnos en contra, padres divididos, titulares sensacionalistas</strong>.</p>
<p>Sobre todo, porque el caso de Stroud era un poco diferente: la idea de restringir las nuevas tecnologías no surgía de chavales mandándose whatsapps en clase, ni de gente grabando vídeos violentos o comprometidos <a href="https://padlet.com/stroudhigh/Women_taking_control_of_their_lives">(que también)</a>. </p>
<p>Sino que el problema que hizo saltar todas las alarmas fue que, según habían descubierto, un número cada vez mayor de chicas estaban obsesionadas con contar pasos y contar calorías. <strong>Las pulseras cuantificadoras se habían convertido en "una obsesión"</strong> y saltarse comidas se había convertido en algo cada vez más común.</p>
<p>A principio de año, los profesores del instituto llevaron a cabo una encuesta y descubrieron que a <strong>más de la mitad de adolescentes entre 11 y 14 años les gustaría tener más control</strong> de su uso en las redes sociales. Esa fue la puntilla. </p>
<p>El resultado fue una semana de desintoxicación digital en la que participaron más de 400 estudiantes y profesores del centro. Suena rimbombante, pero sencillamente se trató de dejar los cacharros en casa. <strong>Los resultados son una incógnita aún, pero el instituto ya ha extendido la medida</strong> a todo el curso siguiente.</p>
<h2>¿Es una forma de solucionarlo?</h2>
<p><img alt="Tom Sodoge 59546" class="centro_sinmarco" src="https://i.blogs.es/f1beb7/tom-sodoge-59546/650_1200.jpg" /></p>
<p>"Ellos quieren más control y no saben cómo hacerlo. Tenemos que tratar de ayudarlos", declaró el consejo escolar cuando el caso se hizo viral en Reino Unido. Pero, <strong>sinceramente, no me acaba de cuadrar</strong>. Es una declaración un poco confusa.</p>
<p>En términos generales, no se me ocurre ninguna razón para hacer esto que no sean la <strong>tecnofobia</strong> (pensar que las nuevas tecnologías son el MAL en almíbar) o el <strong>reconocimiento de la incapacidad</strong> de la escuela para trabajar este problema. Y la verdad es que, en este caso, parecen razonables ambas. </p>
<p>¿De verdad prohibir los cacharros digitales en clase es una forma de afrontar el problema del control? <strong>¿No puede ser sencillamente una forma de desplazar el conflicto a otros ámbitos?</strong> Yo apuesto a un enorme sí, pero, ya digo, es una sencilla apuesta.</p>
<p>Y, sinceramente, es una pena. Porque el 'detox digital' si tiene un papel en nuestra vida psicológica y saber aprovecharlo es algo interesantísimo. A lo largo de estos años, la neurociencia cognitiva se ha dado cuenta de que de una forma u otra <strong>el mundo digital afecta a la forma en que funcionan procesos psicológicos</strong> básicos. </p>
<p>Cosas tan sencillas como <a href="http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0747563205000658">la presencia de un hipervínculo</a> en un texto produce un impacto en nuestra capacidad de concentración. Aunque no lo usemos. De la misma forma, tener el móvil en el bolsillo <a href="http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jpr.12143/full">también consume recursos atencionales</a>. Aunque no estemos (ni esperemos) recibir nada. No es algo malo, per se. <strong>El mundo ha cambiado y nuestra adaptación psicológica a él, también</strong>.</p>
<p>Sin embargo, <strong>si somos conscientes de este tipo de cosas, podremos jugar con ellas</strong> cuando necesitemos mejorar nuestra concentración. Porque sí, hay veces que es mejor tener el móvil lejos, leer en papel (y en texto plano) o estudiar en un ambiente parecido al que nos van a examinar.</p>
<h2>"Pero, Javi, yo me encuentro mejor con el teléfono cerca"</h2>
<p><img alt="Maarten Van Den Heuvel 243707" class="centro_sinmarco" src="https://i.blogs.es/b98136/maarten-van-den-heuvel-243707/650_1200.jpg" /></p>
<p>Yo también. Y <strong>ese es, en realidad, todo el problema que tenemos</strong>. Sabemos que, objetivamente hablando, hay tareas que haríamos mejor en un ambiente puramente analógico, pero lo obviamos porque aislarnos de lo digital <a href="http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0747563215001806">nos genera una ansiedad de baja intensidad que nos 'impide' dejarlo</a>.</p>
<p>Pero no porque sea una adición (spoiler: <a href="https://www.xataka.com/medicina-y-salud/asi-es-la-industria-que-quiere-curarnos-de-nuestra-adiccion-al-telefono-movil-e-internet">no lo es</a>), sino porque preferimos no hacerlo. Ahí es donde juega un papel importante el 'detox' digital y sí, la educación. <strong>Dar a los ciudadanos las herramientas necesarias</strong> para poder hacer un uso óptimo de las nuevas tecnologías es uno de los grandes temas de nuestro tiempo. Tenemos que hacerlo, además, sin caer en la tecnofobia</p>
<p>En el fondo, <strong>la analogía del 'detox' tiene algún sentido si lo hacemos para desarrollar esas herramientas</strong>; si usamos esa desintoxicación para tomarnos un respiro y volver a nuestros hábitos, nos sirve de nada. No debemos olvidar que lo revolucionario de los ordenadores no es que piensen por nosotros, sino con nosotros. Y para eso somos nosotros los que debemos llevar las riendas de la relación. </p>
<p>Imagen | <a href="https://unsplash.com/@aaronburden">Aaron Burden/Unsplash</a></p>
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